Los hice diferentes, uno en malva (el jubilado) y con el motivo de una mariposa y el otro verde pistacho con una Hello Kitty. Los cordoncillos también los hice a mano haciendo juego con sus respectivos colores etc...

¡Por fín! quedamos un miércoles para la consabida y aplazada comida y cuál no es mi sorpresa, cuando me comunica por teléfono ésta amiga en concreto, o sea la que le correspondía la funda morada, que se ha comprado un mega-móvil supergrande y fantástico que tiene internet, whatsapp etc..., y que el otro le ha jubilado.
¡Ah! ¿y ahora que hago?, pues nada me digo, lleno la funda de caramelos y le explico lo sucedido. Y así hice, pero sin caramelos, pues cuando me disponía a llenar las fundas, se presenta de improviso a buscarme para irnos a la comida y los caramelos se quedaron en mi bolso, y poco a poco en mi tripita, pues estoy dando buen uso de ellos, con la excusa del catarro que estoy arrastrando desde fin de año.
Al final todo salió bien, la comida estupenda y el rato que pasamos juntas en la comida mejor.
Y lo peor, que repetimos en los postres, y luego ya se sabe ...., pero como dice mi madre un día es un día y si no se cuenta nadie lo sabe.
Y lo peor, que repetimos en los postres, y luego ya se sabe ...., pero como dice mi madre un día es un día y si no se cuenta nadie lo sabe.
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