Wire-girls o Las chicas alambre

Hace dos días empecé a hacer una muñeca de fieltro para un broche pero entera, o sea con piernas, brazos, pelo, etc...., el caso es que aquí la tengo aparcada a falta sólo de los ojos y los zapatos o botas, no sé, me lo estoy pensando, pero no me hace tilín como me está quedando, seguro que quedará en el "baúl de las posibilidades", es lo que llamo yo a una caja en la que va a parar todo lo que no me convence del todo, pero que no lo tiro, por si se me ocurre algún arreglo, pues la experiencia en las manualidades es como la vida en la que vas aprendiendo de situaciones, de consejos en los que más adelante te pueden servir o incluso al verlas de vez en cuando en el caso de la caja en cuestión, aprender de los errores. Es como un diario, quién no ha tenido uno de adolescente y con el paso de los años al releerlo se ha dado cuenta de las tonterías que se pensaba en aquél tiempo cuando era un adolescente.

Desde que vi el primer broche de muñecas de alambre a una compañera, dije que tenía que intentar hacer uno, pues me resultaban graciosas.

Y de nuevo me vino a la mente la muñeca de alambre, y pensé voy a intentar hacer una. Como me gusta siempre poner alguna curiosidad sobre la manualidad en cuestión, navegando por la red fuí a dar con un libro de Jordi Sierra i Fabra que se titula "Las chicas de alambre". Este libro trata sobre las modelos, la anorexia, las drogas, etc... Y pensé ahí está, estos broches van a ser un "no" rotundo a todo lo que conlleva el mundo de la pasarela.

Estas muñecas son graciosas, pero simplemente son "broches", si nos fijamos en esas piernas de alambre y ese cuerpo tan minúsculo, se tiene que ver también el trasfondo que quiero dar a esos "broches" e imaginarse a todas las chicas anoréxicas que existen y las que murieron en el intento.

Quiero que mis muñecas de alambre no sean un prototipo de la belleza femenina, sino todo lo contrario, que al mirarlos se piense en esas chiquillas y no tan chiquillas anoréxicas que por su afán de parecerse a las modelos van perdiéndose algo tan bonito como es vivir y disfrutar de las cosas buenas que nos ofrece la vida.

Al contemplar esos broches se tiene que pensar que el prototipo de mujer modelo es igual que estos "broches" por fuera parecen bonitos o atractivos pero en el fondo están huecos, vacíos, frágiles como el alambre del que están hechos. Y nos demos cuenta y lo que es más importante sepamos transmitir a nuestras/os adolescentes, que lo más importante de una persona no está a la vista, sino en el interior de ella. La fachada con el tiempo envejece, se estropea aunque se restaure (maquillaje, botox, cirugía, etc...), y que el paso del tiempo es implacable en los humanos,  pero el interior se va enriqueciendo con el paso de los años a través de la experiencia que te da la vida.

Saber envejecer es bonito, también, las arrugas son bellas, nos indican muchas cosas, el sufrimiento, la alegría, los sacrificios hechos por nuestros seres queridos (padres, hijos, hermanos, amigos,  etc...), por eso se dice que la cara es el espejo del alma. Al igual que nos gusta recordar nuestras vivencias y los mayores de eso saben mucho (se pasan el día contándote sus batallitas), no nos debemos de preocupar en exceso de nuestro exterior, pues también es bello.

Vaya rollo que os he soltado ¿eh?

Bueno pues después de este preámbulo aquí os presento a mi primera muñeca de alambre. Esta la quiero llamar "Vania" en honor a la protagonista del  libro que estoy leyendo que se llama "Las chicas de alambre"y que como os dije antes encontré el argumento en la red y pensé en leerlo.  Ya pondré un resumen del libro cuando lo termine, de momento está muy interesante.

Buscando en la red encontré múltitud de muñecas de alambre, y tomando ideas de unas y otras he hecho ésta. Todo va cosido a mano, el bolsito, el lazo, el collar, etc... Ahora le veo un montón de defectos, pero para ser la primera y no tener ninguna en mis manos para ver los detalles, yo creo que ha quedado pasable. Poco a poco intentaré mejorarlas.

Como ya voy viendo poco de cerca, (cosa de la edad), me cuesta un mundo jugar con los abalorios, sobre todo a la hora de ensartarlos. Por ejemplo las mostacillas de la cadena del bolso, no entraban en la aguja ni queriendo, y tenían que ir ensartándolas directamente al hilo, y no veais lo que he luchado con ellas, más que haciendo toda la muñeca, porque tienen un orificio de lo más minúsculo. Pero imagino que con la práctica se me dará mejor.  Se aceptan críticas y consejos para futuras muñecas.

Me quedo con una frase del libro "Las chicas de alambre":

La belleza puede ser la gloria o la ruina de una persona.
Depende de quién la lleve, de cómo la lleve, de cómo la utilice o a quién se la regale.